De todos modos creo que esto de los platos será efectivo, pero recuerdo hace muuuuchos años que Shimano se inicio en esto después de que Lemond le quitara el tour al malogrado Fignon en la última contrarreloj de tour, y una de las mejoras que llevaba era precisamente los platos ovalados
Sobre ello, he encontrado este artículo que despeja bastantes dudas, espero que sea de vuestro interes. esta extraido de la web, amigosdelciclismo.com con el título: "Soluciones Históricas al punto muerto"
La mejora del rendimiento de la pedalada ha sido un objetivo buscado desde los comienzos del ciclismo. El hecho de tener que "dar pedales" a la bicicleta es por sí mismo suficiente revulsivo para que muchas "mentes pensantes" busquen cómo conseguir mayor eficacia a menor esfuerzo, y unido a ello por qué no mencionarlo, una mejora física y de salud.
En el desarrollo de una pedalada existe un punto muerto en el que no se aplica fuerza a la transmisión, que coincide con el momento en que las bielas se encuentran totalmente perpendiculares al suelo. En ese punto, el ciclista sólo hace fuerza para avanzar el pedal hasta ese otro punto en que éste comienza a bajar y en el que ya se desarrolla nuevamente potencia dirigida a la transmisión de la bicicleta. Está claro que la tecnología debe buscar soluciones a ese punto muerto, y así lo ha intentado de diversas formas y con diferentes resultados. Los intentos más recurrentes se han basado en platos ovoides que buscan por muy diferentes modos reducir el paso por los puntos muertos. Veamos brevemente algo de historia.
En los 70/80, Shimano Biopace basó su solución en el aprovechamiento de las inercias de las piernas, pero paradójicamente situaba el máximo desarrollo en el punto muerto, lo que finalmente implicaba un mayor esfuerzo para superar dicho punto. La sensación del pedaleo era irregular y poco confortable (pedaleo "a golpes"), lo que podía generar dolores de rodilla; lo cual es lógico habida cuenta de que el máximo diámetro del plato estaba situado precisamente en el punto muerto superior, donde más ineficiente podía ser y más daño podía causar a las articulaciones. Por esta causa, los platos Biopace comercializados fueron reduciendo su grado de ovalidad hasta llegar a ser insignificante, y finalmente, desaparecer del mercado.
Desde los años 80, otra solución aportada por Osymetric ha usado un ángulo de apuntamiento más apropiado, puesto que busca aplicar un mayor desarrollo durante la bajada del pedal; sin embargo podemos decir que no es idóneo para la gran mayoría de ciclistas, precisamente por no aprovechar suficientemente las inercias que participan en el pedaleo (es todo lo contrario del Biopace). Además, pese a que en este caso el desarrollo en el punto muerto se minimiza, lo cual es positivo, su diseño implica un cambio brusco de velocidades precisamente en dicho punto de máxima flexión para las piernas, donde más perjudica la rodilla. Por último, Osymetric exige el máximo desarrollo en torno a la horizontal, sin posibilidad de regulación, por lo que sólo es apto para unos pocos corredores, ya que la gran mayoría de ciclistas rinden más si aplican el máximo desarrollo en torno a 20-25º por debajo de la horizontal, debido al factor dinámico del pedaleo (implicación de la inercia).
En el año 2001, la empresa española Rotor apareció con una solución integral a los puntos muertos consiguiendo eliminarlos directamente mediante un mecanismo de bielas independientes sincronizadas, que hace variable el ángulo entre bielas según la fase del ciclo del pedaleo. El sistema hace que las bielas no coincidan en el punto muerto, y asimismo, hace variar el desarrollo de cada biela de forma que permite al ciclista elegir dónde aplicar mayor o menor fuerza. El efecto resultante es que el ciclista aumenta la eficiencia de su pedaleo, y por tanto también su rendimiento, su confort y la salud de sus rodillas.
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