El libro en si, es ameno, pero esperaba otra cosa. Al principio me parece un poco aburrido pues cuenta como conoce el ciclismo, algo de su entorno familiar, su niñez, etc, por otro lado paginas necesarias para entender un poco todo.
El relato cuenta como el ciclismo profesional no es solo bicis buenas y material de primera, y lo que si que me confirma es algo que no es solo exclusivo del ciclismo, y es que como en todos los sitos “el que tiene padrino se bautiza”. El comienza en un equipo pro por mediación de…y vuelve a la competición por otro conocido.
Hay partes donde ves que en realidad hace falta algo mas que comer para tener ese rendimiento dia tras dia en una carrera de tres semanas, y no lo digo yo, sino que el libro cuenta como son necesarios los somníferos para poder conciliar el sueño después de un palizón en una etapa y añadiendo el plus de cambiar de hotel y de cama cada día. Eso me explica que no todos los ciclistas profesionales son tranquilos y calculadores, que son capaces de dormirse en una silla, y de estar tranquilos y poder descansar incluso cuando se juegan el maillot amarillo al día siguiente.
Que el recuperarse después de una dura etapa de montaña y estar listo al día siguiente para otra paliza no es cuestión de dormir bien, sino que acuden a “sistemas legales” como ayuda.
Que la EPO y por extensión cualquier sistema de dopaje si se nota bastante y no recuerdo que ciclista se lo dijo, creo que fue Bobby Julich, pero habla; “es capaz de convertir un burro en un caballo de carreras” algo que todos pensamos que no sería para tanto y que era al revés
Me parece demasiado teatrero en unos aspectos como cuando habla de las inyecciones de cada ciclista, de que cada uno tiene sus botiquines, y de que en cierto modo generaliza en el dopaje de los demás.
Debemos creernos que el ahora corre “limpio”, que alguien corre limpio, que todos corren limpios, que ninguno corre limpio….eso el lector juzga.
También me parece un poco teatrero cuando sin entrenar casi dice que anda como un avión y es capaz de ganar carreras.
Me impresiona leer que prácticamente todo lo ahogaba en borracheras, las victorias y las derrotas, y en general lo hace acompañado de otros ciclistas.
Los corredores americanos me parece que los trata aparte como una mafia en torno a Lance, de Vanderbruck mejor ni hablar, asi como de Ricardo Riccó.
El trato que da a Surnier Duval que luego se vería manchado por un escándalo de dopaje me parece bastante malo, ya que fue el único equipo que quiso contar con él en sus filas.
¿Las victorias obtenidas después de la sanción son con un Millar “limpio”?, pues no se, el libro te incita a pensar que si, y es en 2012, y después del libro cuando gana una etapa de nuevo en el Tour de Francia con Garmin.
Me llama la atención cuando habla de una etapa del Tour despues de su retorno a la competición en la que cuando le dan caza en la escapa en la etapa de Barcelona del tour, habla del resto del pelotón como gente ausente y con ojos rojos?, acusa el resto del pelotón de no ir limpios?
Primero limpio, luego dopado, después limpio, y ¿ahora?
Esta claro que el ciclismo no está limpio, que el número de la gente que corre “no limpia” no es claro, que muchos están manchados, que unos tienen padrino y puede volver, que otros no lo hacen nunca, que para unos la sanción (sean culpables o no, ahí ya no entro) no supone nada y siguen corriendo en grandes equipos y para otros los relega a equipos amateur en el mejor de los casos o a la retirada definitiva en el peor. Solo se que nada es claro, que aunque todos estén limpios algún día, la gente seguirá pensando que no lo están, en resumen, solo se que no se nada, y ahora acabo de leer lo que uno cuenta que hacia y ahora ya no hace.....que fama tiene el ciclismo....este libro creo que no hace ningún favor a este deporte a pesar de que David Millar se haya convertido en el abanderado antidopaje.
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