Las lluvias de la noche anterior me facilitaron la elección de la montura para la mañana del sábado. Toda la noche lloviendo, la sierra con nieve, caminos embarrados....ufff carretera y aun así el piso estaba mojado y no pude llegar del todo impoluto a casa jajaja,
Salida marcada por el fuerte viento.
80 kms justos, ida y vuelta por la misma carretera hasta Villatoro, un tramo de carretera muy frecuentado por ciclistas de carretera en invierno y desgraciadamente también con abundante trafico.
Al principio de la jornada el viento es suave y avanzo fácil, a un ritmo constante pero sin dejarme la piel, pero a partir de La Torre, el viento hace acto de presencia con bastante fuerza, me cuesta avanzar horrores, de tal manera que la velocidad baja a los 18 km/h y 20km/h, ruedo en llano con el plato pequeño y los piñones altos, pero aun así me cuesta demasiado, tengo que ponerme de pie en al bici, y llegado al Carrascal pienso en " retirarme" o darme la vuelta jeje, pero aguanto, -todo sea por decir que llegué-. El tiempo es soleado pero el aire es frío, por lo que voy bastante abrigado.
Peleando contra el viento consigo llegar a Villatoro, donde me espera un merecido descansillo y mi bocata de chorizo.
Me lo meto entre pecho y espalda en la plaza, allí imponente la iglesia gótica del pueblo, una de las mas representativas de la provincia acompañada en la plaza y sobre un muro de piedra los verracos vettones que tanto abundan por la provincia y que parece según he leído que dan nombre al pueblo, (esos dos toros o verracos)
una vez descansado pongo rumbo de vuelta a casa por la misma carretera por donde he ido, pero con la satisfacción de que el aire me entrara de espaldas y el retorno será muy sencillo, de hecho lo que en la ida hice a 20km/h o menos a la vuelta viene a 40 sin dar pedales, pero literalmente.
No puedo colgar la gráfica de cadencia porque por desgracia me quede sin batería pero sino veríais la velocidad frente a la cadencia, y en muchos ratos sin dar pedales pasaba de 30km/h.
La velocidad es buena, el aire de espaldas y el sol calienta, me sonra algo de ropa, por lo que en algunos momentos me subo el chubasquero por el pecho para refrigerar un poco más.
Al final buena mañana, que se despertó amenazante de lluvia pero que al final nos brindó unas agradables temperaturas y un bonito de día en el que pude contemplar más de cerca la Serrota nevada y la manera en que corren los arroyos y cunetas, debido a las lluvias de las ultimas semanas.
La jornada del Domingo, fue breve, la Vuelta Riofrio me esperaba, a eso de las 10, en la que un compañero de carretera amablemente me dió generosamente su rueda hasta el cruce del asador, llevándome a 30 km/h y contra el viento. No quiero ni imaginar como tiene que andar este chico...en fin, nos despedimos en el cruce, agradeciéndole su generosidad y yo continuando mi camino hacia Riofrio a un ritmo más tranquilo y encontrándome con Valerico que hacia parte de la vuelta a la inversa también por carretera.
Intercambiamos unas palabras, y continuamos nuestro camino alejados del barro y los prados encharcados.
A ver si afloja el temporal y volvemos a los caminos jejeej.
¡Somos enemigos del barro!, solo por no escuchar a la "parienta" cuando vas hasta las cejas de barro se dá lo que sea. A ver si mejora y se secan un poco los caminos para volver a nuestros origenes.
ResponderEliminarSaludos.
Que poco te gusta el barro el barro, eh Luis? Muy buenas esas dos salidas aunque el viento a veces es un mal aliado, aunque a la vuelta... jejeje..
ResponderEliminarUn saludo.