miércoles, 25 de julio de 2012

RECONOCIENDO LA CICLOMARCHA CARLOS SASTRE

Nuestro compañero Samu me pasa una crónica de su ensayo de la Carlos Sastre.

La expedición partía desde la eterna gasolinera a eso de las 8 de la mañana con las bicis bien cargadas en los coches y con ganas de hacer este mítico circuito abulense.  Tras los últimos preparativos, ya en el pueblo de El Barraco, salimos camino de  San Juan de la Nava. Primeros compases, y algún problemilla con el nuevo y flamante ciclo-computador de nuestro Carlillos, no llegamos a solucionarlos pero continuamos dirección Navalmoral sin más…

Tras el terreno rompepiernas nos presentamos a los pies de la primera dificultad seria de la jornada, el alto de Navalacruz. En  los primeros metros bajamos el ritmo para hacer unas fotos y algún video y Carlillos tira “palante”… casi fue un ataque, porque nos costó engancharle… solo fue un aviso. Pasado el pueblo, pues eso, se acaban las bromas y las rampas se endurecen. Yo le voy cantando al amigo Mate la pendiente: el 7, el 9, ¡esta es del 12! y Raúl lo confirma, él no necesita cacharros de esos para saber cuando “se empina la cosa” nos comentaba… Coronamos y tiramos hacia Cepeda, de nuevo sube-baja y poco a poco y sin dejar lo que caracteriza a esta ruta, el terreno rompepiernas, llegamos a la segunda ascensión  del dia.
El alto de Barajas es uno de esos tramos pestosos… asfalto rugoso, suele pegar aire, pendientes duras, bajadita que te rompe el ritmo de pedaleo…típico de la zona, casi tanto como las vacas avileñas que encontramos a nuestro paso. Coronamos y nos lanzamos en un descenso rápido para llegar a la parada del dia, la gasolinera de Navarredonda donde Raúl nos invitó a la Cocacola, nos hicimos la fotito de rigor y  tomamos fuerzas para seguir. 



Descenso largo hasta la Venta Rasquilla y algún susto con el aire, que en un par de ocasiones casi me lleva al suelo. Cada día tengo más claro que las ruedas de perfil para un paquetón de mi envergadura  no sirven más que como  bonito y caro adorno de la bici… pero en fin…los caprichos son los caprichos…Continuamos dirección Hoyocasero y subimos los casi tres kilómetros hasta llegar al pinar, donde comienza el terreno favorable y en el que me pongo a tirar para escuchar la frase recurrente del dia :”¡¡Samuel que hoy estas muy rebelde!!”. Tras pasar el conocido como Puente del Valle, en un repecho,Carlos nos lanzó un ataque que nos dejó helados, pero de nuevo la sangre no llegó al rio. Subidita dura de otros tres kilómetros hasta Navatalgordo y descenso serpenteante.

Justo a la entrada de Burgohondo ¡¡psss!! Mi rueda trasera pinchada y lo peor de todo, cachondeitos varios con eso de que esas supercubiertas” no  pinchan nunca”, que con esa bomba no inflamos ni un globo… total que Raúl me “desface el entuerto” (ahí está la prueba gráfica).....


.... y gracias a él continuamos llaneando hasta Navaluenga hasta llegar a lo más duro de la jornada. No es el alto de San Juan, no. Es el calor, que llegó a tomar forma de 39 grados en mi cuentakilómetros. Tras alaridos varios del más joven del grupo coronamos en San Juan, donde éste mismo,  hizo una inmersión en la fuente de la carretera para demostrarnos que su curso de submarinismo está dando sus frutos. Pido disculpas a los seguidores del blog, pero no pude captar la instantánea de Carlillos con la cabeza bajo el agua del pilón. Tras el refrescante momento vivido continuamos hasta nuestra meta, El Barraco.
  Un buen dia de ciclismo, 123 kilómetros, más de 1800 metros de desnivel y muchas risas. Gracias por vuestra compañía : Carlos, Mate y Raúl.

1 comentario :

  1. Mucho carretero se ve ultimamente por aqui, a este paso habra q comprar una flaca. saludos

    ResponderEliminar

Por favor NO escribas como anónimo, sino, no lo hagas. Gracias