Ayer fue el día elegido después de uno intentos fallidos, así que a las 17:00h salíamos hacia el Mediano, realizando una ruta de unas dos horas.
La ruta circular mas corta posible cumpliendo paso por el Mediano en la Cañada, donde Chuchi se estrenaría en este puerto.
Realizamos una aproximación por el puerto del Boquerón muy tranquila comentando que si tu vas muy abrigado, que si tu tienes más dientes atras etc….y efectivamente, en mi rueda trasera el piñón de 28 lucia bastante más que el 25 de Chuchi, con lo que en la última dura rampa de la Cañada, él tendría que retorcerse un poco más.
Pasamos el puerto del Boquerón sin mayor problema, Chuchi al estilo Giani Bugno, atrancado y moviendo desarrollo, y yo con algo más de cadencia y ciclismo moderno. (se notan las generaciones…jajaja..)
Arriba del Pto. Del Boquerón el sol se oculta y me pongo algo de ropa para bajar en una bajada tranquila eso si, en la que un coche fue casi empujándonos toda la bajada hasta el desvío del Herradón de Pinares.
Aquí nuevamente me quito la ropa, y empezamos a comentar la jugada.
Le explico un poco en que consiste la ascensión, unos toboganes al principio, un inicio duro, descanso, otras rampas duras, nuevo descanso y el remate final a tope.
Continuamos charlando mientras las rampas nos dejan, pero cuando empiezan las primeras rampas del 14% ya se hace algo más de silencio. Él sigue apretando los pedales con desarrollo fuerte y le sugiero subir otro piñon más para ir más ligero y reservar un poco las piernas para el final, desarrolla una potencia que bestial, con esos desarrollos de profesional pero con una cadencia y rendimiento algo menores jejeje
Un descanso, otro poco de subida, y en el último descanso nos preparamos para el plato fuerte, hemos cogido aire y recuperado un poco, aprovecho el tramo más suave y tiro unas fotos para poder arrancar de nuevo con facilidad.
Las piernas responden, la respiración fuerte, seguimos de pie sobre la bici. Curva a la izquierda, no se oye hablar solo la respiración entrecortada y poco después una alarido de Chuchi, que pensé que era el “no puedo más”, pero ya le había avisado que como se bajara le daba una paliza.
Continuamos de pie, pasamos el cartel, esfuerzo a tope, Chuchi lo da todo, a mi tampoco me sobra nada, pues las rampas son duras para cualquiera, casi estamos arriba, pero el terreno parece resistirse a ser favorable y darnos el merecido descanso,
– ¿pero esto no se acaba?
– ¡¡¡ya estamos casi!!!
Eso es lo que intercambiamos.
La pendiente suaviza y me adelanto un poco para poder realizar la prueba gráfica de que subimos montados y sin realizar ninguna culebrilla. Hemos coronado y parece que lo más duro ya no va a ser “Navalacruz hacia Menga con el viento de cara”
Las fotos no dan para mucho, pero es lo que hay.
El regreso por la Cañada, Valdelavia y las Pilas lo hacemos a buen ritmo y es que aquí si se nota cuando vas a rueda.
El resultado; las dos horas pactadas al principio de la jornada y el bautismo de Chuchete en el Mediano.
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