Jornada larga, que comenzé por Naturavila dirección Tornadizos, con la intención de hacer la famosa calzada de Santa Cruz de Pinares.
Comienza la jornada con bastante viento y fresca, pero pronto las rampas me harían entrar en calor.
Antes de llegar a la puerta del puerto del Boquerón doy alcance a tres bikers, a los que mando un saludo desde aquí, y con los que circularía hasta el vértice de Mesilla, donde ellos continuaron su camino dirección la Paramera y yo tomé el desvío y descenso hacia Santa Cruz.
En una primera parte el descenso es por sendero estrecho, bastante hendido en el terreno que lo hace peligroso si quieres circular por el todo el rato, por lo que yo, en los tramos en lo que había mucha arena y que estaban mas escavados, me salia paralelo al prado.
Después de esta primera parte comienza el tramo complicado, una zona en la que ya se da vistas al pantano de Santa Cruz....
pero que también empieza a ser para mi un continuo sube y baja de la bici. Hice unos metros montado y otros empujabike, hasta que ya llegado un punto en la zona de revueltas y zetas, decidí, cansado de subir y bajarme de la bici, hacer directamente empujabike e intentar no torcerme los tobillos en las piedras. Suerte que ya prevenido, me llevé el calzado más cómodo que tengo para patear.
Desde esta zona de zetas hasta un caserío con cabras que hay casi abajo del todo, será lo más difícil. Una zona que seguro hará las delicias de los más experimentados, endureros y gente atrevida con bicis de largo recorrido, y que no hará patear al resto.
Yo la verdad es que estos tramos de piedras ni me lo pensé, andando directamente….
Una zona muy a tener en cuanta por los poseedores de flamantes zapas con suelas de carbono, pensároslo el venir por aquí si no vais a bajar montados, porque vais a dejar las suelas guapas…..
Una vez pasado el caserío, dos pasos un poco complicados y te plantas en Sta. Cruz, y aquí empieza la otra parte divertida de esta primera parte.
Una subida dura, durísima, con mucho calor y sin sombra, con rampas de hormigón, que ayudan a subir mejor, pero que de igual modo te obligan a dejarte al menos un riñón empujando.
Después de sudar la gota gorda por el calor y las rampas, me dirijo hacia la Paramera por una zona que sigue en ascenso pero que es notoriamente más cómoda.
Llegados a la Ermita de San Cristobal del puerto de la Paramera, hago una parada para repostar y comer algo.
La ruta en sus primeros 24kms, me llevaron unas dos horas, asi que….ya hacia calorcillo.
Mi intención es llegar al Alto de Navalmoral, y desde allí ya veremos, por lo que en vez tomar el camino habitual, desciendo la carretera dirección Barraco para tomar un desvío a la derecha, y subir por el antiguo camino, que daba al Alto de Navalmoral, que en su último tramo ya entre en el parque eólico.
En esta zona, mi encuentro con el pastor habitual de la zona, empeñado en saludarme, pero que yo no hice intención, pues sus tres perracos, me hicieron pasar un mal rato unos doscientos metros antes de llegar a su altura.
Me costo un buen rato, y coger un par de piedras, disuadirlos que aunque ellos estén acostumbrados a comer ciclistas, yo no iba a ser muy sabroso, y además lo que es carne no iban a poder repartirse mucha entre los tres, por lo que pasados unos minutos conseguí que se fueran con su dueño, que seguía gritando “espera que te salude”…..
Total una vez pasado este eventualidad, alcanzo la otra Ermita de san Cristóbal, esta vez en el alto de Navalmoral. Un bidón de agua rápida y aquí ya voy cociendo la segunda parte de la ruta.
Bajo un tramo por carretera, con la intención de meterme por el desvío de Tejadillo, pero un poco antes veo el de Peñameseguera y me meto.
Aquí la cosa se me complicó, parte por la orografía y parte por el estado del terreno, por lo que llegué al prado de Peñameseguera bastante petado.
Una vez en el prado, me pongo los guantes y comienzo el descenso hasta Mironcillo, ya estaba chupado, lo hago con precaución y en Mironcillo repostaje rápido y como la última barrita antes de seguir hacia Ávila por el Alto Rodrigo, que se me clavó en las piernas como habitualmente lo viene haciendo….grrr…
En al Alto, descenso rápido hasta Ávila con la surte de que el viento me entrara de espaldas e hiciera más cómodo el retorno.
Al final unos 76 kms, que me parecieron bastante duros, pues el terreno no permite ir rápido
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